Sobre el montaje fotográfico y la realidad alterada.

Observo en general poco aprecio hacia las fotografías que son el resultado de un fotomontaje. Digo esto porque tengo ciertas series de fotografías utilizando esta técnica, y sin embargo es curioso pensar que vivimos rodeados de mentiras en todo nuestros ámbitos, la realidad que nos rodea es casi toda en sí un fotomontaje mucho más atroz del que nadie parece quejarse demasiado.

Y la verdad es que tengo ya ciertas dudas de que es verdad y que no lo es. Se nos presentan a diario realidades que resultan ser falsas, y personajes que fueron para nosotros durante años auténticos, con el paso del tiempo se diluyen en formas irreales y finalmente desaparecen. Eran falsos amigos, falsas novias. ¿Seré yo también un resultado falso para alguien? es posible. De todas formas la idea de realidad ya me parece en sí un montaje.

En mi trabajo fotográfico la realidad que yo represento es el resultado de un proyecto previo que empiezo pensando, después escribiendo, para más tarde fotografiar y por último realizar composiciones antes de imprimir. Fotografío como si pintase y el medio es una excusa para contar algo, cuya ficción me parece en ocasiones mucho más interesante que realidades que están muy manipuladas. Hay realidades que son puro montaje. Muestran historias engañosas de sucesos alterados y personajes completamente falsos.

Mis fotografías son montajes como resultado de un trabajo honesto, en el que hago planteamientos sinceros que no pretenden engañar a nadie, si no que plantean dudas, preguntas, a las que suelo darles un enfoque irónico.

No me gusta la realidad que veo, cada vez menos. Y esos personajes tan supuestamente reales me parecen falsos, muy falsos. Así concluyo que mis montajes son para que la gente que se acerque a contemplarlos vea en ellos su propia realidad.

Pie de foto: La foto utilizada aquí es la primera de una serie de diez fotografías pertenecientes a un proyecto titulado Agnus Dei (para los que como yo no saben latín, significa cordero de dios) y por supuesto hay quien me pregunta si la oveja está ahí. ¿Usted no la ve ahí? Pues entonces es que ahí está.

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Relación entre el índice de masa corporal y cerebral.

Los canones de belleza cambian. Las modas cambian. Las tendencias cambian. Las leyes cambian. Los procesos fotográficos cambian. Todo cambia. Sin embargo hay algo que debería permanecer inalterable y es el sentido común.

En estos primeros años del recien estrenado siglo la tendencia en moda femenina ha llegado a extremos de delgadez nunca vistos y muy criticados. Las chicas nada tienen que ver, ya no con aquellas tres gracias de Rubbens, si no ni tan siquiera con las bellezas de Hollywood del siglo pasado, donde las curvas femeninas eran más frecuentes que ahora.

Parece que algunas modelos de hoy en ocasiones no están dentro de unos baremos lógicos respecto al índice de masa corporal que establece un peso ideal según la altura. Gracias a este índice de masa corporal que cualquiera podemos hallar haciendo una simple fórmula sabremos si el peso de una persona está por debajo de lo deseado o incluso también podríamos averiguar si una persona padece obesidad.

Los excesos, por cualquiera de los extremos siempre son malos. Sin embargo el problema que nos ocupa aquí es el de las modelos que son o parecen más delgadas de lo que en realidad sería deseable. Lo cual somete a muchas chicas jóvenes a ser más delgadas de lo que deberían para poder ser modelos, que a su vez son el ejemplo para otras chicas que ven en ellas el patrón a seguir y que acatarán fielmente sus pautas para acabar tan delgadas como ellas. Por si esto no nos bastara las tecnologías informáticas de retoque digital nos permiten adelgazar aun más a chicas para que aparezcan en dichas revistas que son las que compran las otras chicas adolescentes que verán en ellas ese modelo a seguir. Y así sucesivamente en una espiral que nunca se acaba.

Todo esto me lleva a pensar que si en vez de preocuparnos tanto por el índice de masa corporal, nos preocupáramos más por el índice de uso cerebral (cuya fórmula desconozco) conseguiríamos resolver también el problema del índice de masa corporal.

Pie de foto: en este artículo he utilizado una fotografía que realicé a una modelo delgada, pero les puedo asegurar que dentro de los canones de masa corporal y cerebral deseados.

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La luz.


Oigo frencuentemente definir la fotografía con términos que a veces alcanzan lo esotérico. Y es en muchos casos la luz la referencia más común, con frases del estilo: atrapar la luz.

Nunca he sabido lo que es atrapar la luz, y se que si sigo por aquí me la juego, por que las referencias a la luz por grandes maestros de la fotografía son innumerables y desde luego no pretendo restarle su importancia. Pero a veces tengo la sensación de que se acude con demasiada frecuencia a definiciones abstractas para definir algo concreto que no se sabe definir. Y las referencias a la luz como un halo divino son más un recurso manido y un lugar común al que acceder cuando, como desde luego es también mi caso, no sabemos definir la fotografía, más allá de una explicación técnica o correcta para no iniciados. Si acudimos a la RAE, la explicación ya se queda desfasada: “Arte de fijar y reproducir por medio de reacciones químicas, en superficies convenientemente preparadas, las imágenes recogidas en el fondo de una cámara oscura”. Y resulta que en la actualidad el 99% lo hacemos con procesos digitales.

Ya nadie discute que es un arte, pero son muy cercanos los tiempos en que la fotografía como arte era menospreciada y minusvalorada. Ahora, ocurre lo que siempre ha ocurrido con los grupos o corrientes anteriormente despreciados o arrinconados, se va al otro extremo sobrevalorándolo y convirtiendo a toda feria o galería sin fotografía en sus fondos en un espacio desfasado. Razón por la cual galerías, museos y demás espaciós de arte contemporáneo se intentan poner al día cubriendo un agujero que salvo contadísimas excepciones es muy profundo.

Sin embargo las distintas disciplinas que abarcan la fotografía son inumerables, y en todas ellas la luz juega un apartado muy importante pero no suficiente. Sigo dándole vueltas acerca de como la luz tiene protagonismo en la fotografía por encima de otros aspectos: la composición, la interpretación, el tiempo, el espacio.

¿Puedo obtener la fotografía que quiero si domino la luz al 100%? y descuidar el resto de los aspectos. La respuesta es NO ¿puedo atendiendo al resto de todos esos aspectos y despreocupándome de la luz obtener una buena fotografía?, tampoco.

Luego la luz en la fotografía es fundamental, pero no única. Insustituible pero no exclusiva, vital, pero no suficiente en la consecución de una buena fotografía. Por tanto intento valorar la luz en la fotografía en su justa medida, que por otra parte, no se cual es.

Pie de foto: Fotografía que hice en Raixa en un descanso mientras rodábamos un publirreportaje de época.


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La realidad es una ficción.

Años 50 del siglo pasado. Una modelo se acaba de levantar de la cama y tiene el tiempo justo para arreglarse. Como la noche se alargó bastante hay que hacer todo un tratamiento para reestablecer la piel y se pone en manos del mejor estilista: masajes faciales, depilación facial, pestañas postizas, coloretes, polvos, cremas, peluca, pendientes y se obra el milagro. La modelo está bellísima.

Llega al estudio y el fotógrafo ilumina y dispara. Revela los negativos, realiza algún ajuste mínimo dentro de las posibilidades del momento y consigue una fotografía casi tal cual la modelo llegó al estudio. Es decir una fotografía que hoy consideraríamos auténtica por que muestra la realidad tal como era. No existían las potentes herramientas de la actualidad en la que la realidad se altera constantemente hasta no saber que es verdad y que es mentira.

En la misma época un jefe de redacción de un importante períodico le dice al jefe de la sección de sucesos en urgente llamada teléfonica al bar donde suele ir a tomar una copa por la noche que debe pasarse por una dirección donde hay un aviso de violencia y creen que puede existir un material bueno para el periódico. El periodista y su fotógrafo llegan tarde al lugar. Todo ha ocurrido. Suben las escaleras, y consiguen entrar, la casa está desordenada, y un niño juega en una habitación donde una señora cuida de él mientras la madre del niño está en el hospital por unas heridas de arma blanca. Mientras el reportero habla con la señora en el salón, el fotógrafo le pide si puede ir a hacer una foto al niño, la señora accede. En realidad el reportero lo que está haciendo es entretenerla mientras el fotógrafo busca su foto. Al entrar en la habitación derrama una sopa en el suelo que mancha gran parte de la alfombra, al mismo tiempo pincha al niño levemente con el alfiler que lleva en el sombrero clavado y éste llora rabiosamente, momento en el que hace la foto, la señora entra y enfurecida por lo ocurrido los echa. Pero el trabajo ya está hecho. La foto en blanco y negro es espectacular: un niño agarrado a los barrotes de la cuna llorando mientras un reguero de, podría parecer sangre en blanco y negro, avanza desde la parte baja de la foto hacia la cuna, y un titular que dice: ¡¡¡Prisión!!!

Una vez más estamos ante dos escenarios típicos de aquella época en la que la fotografía de moda o el fotoperiodismo eran supuestamente reales como la vida misma. Fotos hechas sin alterar una realidad que se mostraba tal como era, sin artificios, sin mentiras, sin trucos, sin engañar al ojo ni a la mente.

¿seguro?

No había programas de retoque fotográfico y sin embargo la alteración de la realidad existe desde que existe la realidad. La fotografía es en muchas ocasiones una ficción, que a su vez es un instante real porque ocurrió. Cuando vemos una foto de fotoperiodismo en blanco y negro de la primera mitad del siglo pasado no sabemos, ni sabremos ya, hasta que punto es el resultado de una ficción.

Por tanto es muy común ir descubriendo con el paso del tiempo que la realidad vivida y la fotografiada son una realidad ficticia.

Pie de foto: Fotografía perteneciente a un proyecto inacabado relativo a lo onírico.

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¿Por qué fotografío?

Creo que me he hecho esta pregunta muchas veces. Y sobre todo, ¿por qué fotografío ahora? es decir, cuando ya tengo una especialidad profesional en la que llevo trabajando más de 25 años, la dirección de arte tanto en publicidad como en entornos de artes escénicas, decorativas y sobre todo audiovisual. Cierto que llevo los mismos años vinculado a la fotografía, pero tan sólo llevo unos pocos años fotografiando de una forma más profesional y contínua.

Pero volvamos al título, ¿por que fotografío? Creo haber encontrado la respuesta. Hay varios motivos secundarios. Con el paso del tiempo uno se vuelve más solitario. No quiero jefes, no quiero empleados, no quiero socios. La fotografía puede ser un trabajo solitario aunque se desarrolle en ciertas ocasiones en equipo.

Puedes ganarte la vida si eres capaz de encontrar la forma de hacerlo. No es fácil, ya que con la aparición de la fotografía digital se puede decir que el universo de fotógrafos es tan amplio como el de personas. Cada uno de nosotros llevamos una cámara de fotos en el bolsillo en forma de teléfono móvil, y hay bancos de imagen que venden fotografías muy bien realizadas a dos euros cada una.

Otro motivo es que el trabajo es trabajo y al mismo tiempo me permite evadirme, enseñar a otros lo que se, aprender de otros lo que saben, distraerme, vender, comprar. Es entretenimiento y profesión al mismo tiempo.

Pero quizás la razón más poderosa es que la fotografía lo abarca todo. ¿Que es todo? pues eso, todo es susceptible de ser fotografiado y por tanto nada escapa al acto fotográfico. Da igual que tema tratemos, todo es posible fotografiarlo: gastronomía, deporte, belleza, medicina, amor, vida, muerte. Todo. La vida de un escritor, el cambio de estaciones, la migración de las aves. La fotografía permite vivir en todas las capas de la sociedad, en cualquier país, junto a miles de personas distintas, a cualquier hora de un día.

Y esa es la principal razón por la que fotografío: en una vida fotográfica caben el resto de vidas posibles. Creo que ninguna otra profesión abarca tanto.

Pie de foto: Fotografía que hice mientras rodábamos el teaser de la película Delirium.

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